Para quienes no lo han visto ni escuchado sus proclamas, es una mezcla de Roberto Ochoa (editor de la revista ecoturística Rumbos y la sección Internacional de La República) y Walter Wust (Ingeniero forestal, periodista, fotógrafo y analista de temas ambientales).
Hoy por la tarde asistí a una charla que dió en el Colegio de Ingenieros donde nuestro buen ecologista detallo algunas de las actividades y leyes que le permitirán avanzar en su tarea de proteger la naturaleza. Imaginen que todas las zonas en reserva del Perú juntas triplican el tamaño de Costa Rica y las medidas para cuidarlas de la tala ilegal, deforestación por quema, etc. deben tomarse en serio y con previo estudios.
Asimismo, explicó el tema de la falta de agua como un mito en un país tan rico en recursos hidrológicos. Aprovechando las aguas residuales para su tratamiento tal como Israel, un país donde apenas tienen agua.
De igual modo, comentó indignado del cinismo que tenemos muchos peruanos que criticamos la contaminación y no nos preocupamos en donde terminan nuestros residuos. También la protección de los ríos sagrados de los Incas, el lago Titicaca, el río Rímac, etc.
Por último, hizo enfasis en el apoyo que debería darsele, por parte de las municipalidades, a los recolectores de basura y recicladores, puesto que esta labor que es pagada en países avanzados se da de manera gratuita en el nuestro. La cultura del reciclaje debe de inculcarse en los jóvenes desde el colegio y el ministro Brack no permanecerá con las manos cruzadas, pues ya comenzó con las mejores obras: la búsqueda de apoyo de profesionales y la formación de valores e identidad nacional.
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