Pero es que ni así me lo creo, admitir la palabra "blue jeans" y "knock out"... lo más chistoso es que SUGIEREN el uso de yin y bluyin. Y ahora, ¿qué nos espera? ¿Plagiarán descaradamente palabras inglesas o de raíz anglo-sajona? Osea que los demás latinoamericanos de habla hispana que usamos las palabras tejanos y vaqueros, ¿ya no debemos de aserlo? ¿Estará mal no hacerle caso al supuesto Órgano "responsable de elaborar las reglas normativas del español, plasmadas en el diccionario, la gramática y la ortografía, que garanticen un estándar lingüístico común" (cita de wikipedia)?
- Una cosa son los cambios que se dan como los de la época de Garcilazo de la Vega: rigoroso por riguroso, carestía por carencia, estremo por extremo, frezadas por frazadas... incluso inclusión de términos nuevos creados por escritores, caso de Ricardo Palma, otro escritor peruano. Pero aceptar usos y cambios por causas de la enajenación es ridículo. Hay que diferenciar los barbarismos, groserias (lisuras) y la replana (jerga) del léxico verdadero.
- Si las cosas siguen así, algún día se dirá que los padres habrían el diccionario para contar chistes a sus hijos. Sin animos de ofender, pero me dais risa. Prefiero las palabras ANTIGUALLAS, que las de AGORA.
1 comentario:
sí tío, asi es la gente... imaginate que los regetoneros se juntaran para presentar con los salseros una lista de palabras que "deberían" agregarse Jaaaaá
Publicar un comentario